Translate

martes, 27 de septiembre de 2016

¿Por qué tengo que ir a la oficina de 8 a 17?



Esta es la pregunta que se hacen todavía millones de personas, cuando muchas de ellas, en su entorno particular, se relacionan y resuelven sus problemas desde un estadio en remoto. Disponen de un smartphone o tableta o PC que mediante una conexión a internet les permiten relacionarse, contestar, resolver problemas desde la distancia.
Es cierto que no todos los trabajos pueden realizarse en remoto, pero muchos de los trabajos, en especial los denominados de oficina, administración, gestión o relaciones si pueden hacerse desde la distancia.
Solo todavía unas pocas empresas han realizado una verdadera transformación digital de sus estructuras organizativas y entre otras cosas han introducido decididamente el trabajo en remoto, estructurando las actividades por objetivos y resultados y confiando plenamente en sus trabajadores, eliminado en muchos casos la exigencia del trabajo presencial y bajo control directo de algún supervisor o jefe intermedio. Es más hay algunas empresas que ya funcionan sin jefes, bajo la plenas responsabilidad de sus empleados
Es cierto que la mayoría de las empresas, su forma organizativa, es todavía esclava de los dictámenes de F.Taylor y de la cadena de montaje de H. Ford. Pero a partir de mediados de los años 90 de la década pasada y en especial a partir de 2004 han aparecido tecnologías que confieren una movilidad 100% a todos los empleados de una empresa. Como indiqué antes, en el ámbito particular muchas personas actúan en condiciones remotas. Lo mismo va ir ocurriendo en las empresas, las cuales se verán  obligadas forzosamente a flexibilizar enormemente su forma organizativa, dotando de herramientas TIC  a sus empleados y generando gigantescos archivos de información en el nuble (Cloud). Con ello muchos de los empleados podrán realizar sus trabajos desde cualquier lugar. El tiempo y el lugar en el que se realicen los trabajos deja de tener sentido. Igual que deja de tener sentido el tiempo de permanencia en la oficina, el horario fijo. Al empleado se le debe medir por el resultado que obtenga, no por las horas de permanencia, como todavía sigue ocurriendo en muchos lugares. Así el trabajo se convierte en un producto, pagándose por resultados y no en el calentar una silla. El trabajo deja de ser el lugar al que ir, se convierte en una actividad concreta con un resultado a obtener. Ya hay empresas que están practicando el crowdsourcing (ofertas abiertas) en la realización de sus trabajos y desde el exterior de las empresas aparecen personas (las pulgas del sistema o los knowmads) dispuestas a hacerlas, las cuales pueden estar en cualquier parte del mundo y realizarlos a las horas a las que a ellos les conviene. El contrato se establece por objetivos y no por tiempo. Concluida la tarea se acabó el contrato o relación.
Obviamente introducir estos cambios radicales en la división del trabajo y su forma de organizarlo no es sólo cuestión de TIC. Es ante todo cuestión de cultura de la empresa y cambio en los estilos de dirección. Estas nuevas formas de trabajo en remoto y externo llevan a una visualización de pérdida de poder de muchos directivos, ya no gozas de esa planta llena de gente de la que tu eres el gran jefe. No obstante las ventajas para las empresas son enormes. En especial en coste de edificios y alquileres, estos se reducen enormemente. El espacio fijo permanente en gran cantidad deja de tener sentido. Es más podría tener la dirección general de la empresa en la cafetería de un hotel. Por otro lado la empresa recibe un mayor interés y dedicación por parte de los empleados. Estos se ven más libres y responsables para la realización de su trabajo, lo que les dota de mayor capacidad para poder conciliar vida familiar y profesional.
Un problema todavía no resuelto es como mantener la cohesión, la  relación entre cientos o miles de trabajadores que no aparecen por la oficina, entre otras coas por el echo de que quizás esta ya no existe. Tal vez habrá que preguntárselo a IBM en la que el 44% de su empleados ya actúan en forma remota.

domingo, 11 de septiembre de 2016

LOS 4 NIVELES DE TRABAJO (empleo)



La empresa desde mediados de los años 90 de la pasada década, en la que empezó el proceso de transformación de la cadena de valor y externalización, ha dejado de ser esa unidad singular monolítica, mononuclear en la que todos los procesos se hacen dentro de la misma y todos los recursos le pertenecen. Se ha convertido en una mezcla compleja de procesos críticos de su propiedad y cantidad elevada de procesos externalizados que se coordinan y realizan mediante un vericueto amplio de núcleos radiales relacionados, todo ello con el fin de estar cada vez más presente en el mercado y atender a mercados globales con gustos diversos.

Este enorme proceso de desmembración de la empresa para convertirla en estructuras más planas y en un núcleo de redes sociales interconectadas, ha trastocado y lo seguirá haciendo toda la realidad del trabajo tal como la hemos conocido en la era industrial. Obviamente a ello hay que unir la creciente e imparable robotización. Este proceso ya fue anticipado por Charles Handy en sus libros, La edad de la sin razón (1993), La edad de la paradoja (1996) y El elefante y la pulga (2000) en el que pone de relieve la creciente aparición de pulgas (knowmads o mercenarios del conocimiento, como me gusta llamarlos)

Fruto de este cambio profundo, podemos decir que hoy nos encontramos ante cuatro niveles de trabajo, a saber:

Un trabajo fijo permanente asalariado. Suele ser un trabajo bien remunerado, que se corresponde con un trabajo inteligente y que abarca ámbitos directivos altos y medios. Son empleos de largo recorrido, en el que el empleado puede desarrollar una carrera profesional, comprometiéndose con su desarrollo y evolución. Puestos exigentes en conocimientos y habilidades de relación, amen obviamente de idiomas. Son el motor de la organización y continuamente están proponiendo proyectos e innovaciones

Trabajo técnico muy especializado. Es un trabajo estable, bien remunerado y suele corresponderse a las diferentes especialidades ingenieriles que puede haber en la empresa o alguna de gestión como las finanzas o el marketing. Por ejemplo los ingenieros expertos en limpiar las impurezas de los motores Rolls Royce de aviación, sin necesidad de desmontarlos. Estos trabajos requieren de altísima experiencia y especialización y todavía no son susceptibles de ser sustituidos por robots.

Trabajo inestable, temporal. Son trabajos mal pagados, que la empres todavía asume hasta que sean robotizados o externalizados. No suelen requerir una formación extensa y proporcionas salarios de subsistencia. Suelen ocuparlos personas con baja formación o bien con alta formación pero que carecen de idiomas, y de habilidades de relación social, al tiempo que poseen poca iniciativa y nula capacidad de innovación.

Mercenarios del conocimiento (Knowmads, los trabajadores delfuturos, 2015) como me gusta llamarlos. Son profesionales muy cualificados, con idiomas, altas habilidades sociales, múltiples conocimientos (informática, ingeniería, economía, matemáticas..) y profundas redes de contactos, que deciden trabajar desde el exterior de las empresas. Venden sus conocimientos al mejor postor y al mejor proyecto. Esto profesionales suelen trabajar para empresas terceras a través de proyectos que les encargan las empresas principales. Las empresas están tendiendo a suprimir los departamentos de innovación o I+D y bajo la forma de croudsourcing externalizar, encargar a este tipo de profesionales el desarrollo de proyectos. Resulta más productivo y menos costoso. Al parecer se maneja la cifra del 40% en torno a 2020 para este tipo de trabajo en las empresas.

Por lo tanto los trabajos estables, fijos permanentes, por unas razones u otras (externalización, robotización) van desapareciendo y nacen nuevas figuras de desempeño laboral, las de  knowmads o pulgas del sistema como ya anticipaba hace 20 años Charles Handy. En la actualidad un empresa puede ser cada vez más pequeña en su interior siendo más grande en su globalidad, gracias a todas las vinculaciones externas que crea para la realización de múltiples procesos. Pensemos en multinacionales y comparemos las cifras de empleo fijo que tenían hace 20 años y las que tienen ahora, veremos que en todos los casos es mucho menor, pero ellas son más grandes hoy, en cifra de negocios, volumen de beneficios o mercados que atienden.