1.
En primer lugar hay que ser capaz de soñar y
sonar fuerte y de forma ambiciosa. ¿Dónde te ves dentro de cinco años? Sueña con ello, visualizado, hazlo tangible
en tu mente. Crea una fuerza mental que te permita ver ese sueño. Ello actuará
como percha y será capaz de generarte una fuerza interior, un compromiso, una
promesa a ti mismo con ese sueño. Esta es la mayor motivación que existe.
Obviamente el sueño tendrá unos objetivos, esos son los que debes perseguir con
ahínco.
2.
Acto seguido diseña un plan para lograr ese
sueño. Establece con claridad todos los peldaños que deberás recorrer para
alcanzar ese sueño. El plan es tu mapa. No hay que seguirlo al pie de la letra,
las circunstancias te pueden hacer dar un rodeo o encontrar una vía
alternativa. Pero en cualquier caso e muy bueno tener un plan, un mapa de
salida. Es tu salvoconducto al éxito, al logro de ese sueño, al alcance de los
objetivos.
3.
En tercer lugar dedica mucho, muchísimo esfuerzo
a poner en marcha ese plan. El esfuerzo es una semilla muy amarga pero da unos
frutos muy buenos. Deberás igualmente dedicar mucho tiempo a conseguir ir
cubriendo las etapas de tu mapa. No te rindas, persevera. Piensa que el “no” ya
está ahí. Tú debes luchar por conseguir el si. Dentro del esfuerzo está todo el
tiempo que deberás dedicar a cultivar las relaciones. Los otros son magníficos
eslabones y postes de gasolina en el mapa. Sin ellos es posible que consigas el
sueño. Nadie consigue su sueño.
4.
Perseverar. No contentarte con un no por
respuesta o con un fracaso. Te levantas y lo vuelves a intentar. Solo la
insistencia y la constancia, igual que el martillo golpeando la roca, hará que
avances en tu mapa hacia tu sueño y objetivos.
¡ Ah! y cuando consigas el sueño no te pares. Vete a por otro. Recuerda que el
éxito no es una meta es un camino.
Entonces porque tanta gente es infeliz y está desesperada y descontenta con su situación. Posiblemente por tres razones que seguramente viajan juntas:
1.
Han perdido la capacidad de soñar. Ya no tienen
sueños o nunca los tuvieron. Se dejaron llevar por el agua del río y han ido a
parar a un mar lleno de olas gigantes
2.
No tienen la suficiente fuerza de voluntad. Son
débiles y hasta perezosos. Todo les parece imposible. Lo mejor es aceptar lo
que venga. Y claro lo que viene no
siempre es bueno.
3.
Son incapaces de establecer un mapa. Lo ven muy
complicado y tiran inmediatamente la toalla. Prefieren que todo se lo den
hecho. Y claro, ya se sabe, las comidas precocinadas están rápido pero son
indigestas
Bueno, querido amigo, reflexiona seriamente, el éxito está ahí, lo tienes delante de ti. Solo tienes que desear cogerlo.