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lunes, 19 de enero de 2015

DOS DÍAS Y UNA NOCHE



Acabo de asistir a la proyección de la película Dos Días y Una Noche (Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne, 2014) y la verdad es que  me ha defraudado un poco, no por lo valores cinematográficos, que los tiene, sino por el tratamiento de la realidad empresarial. Creo que el cine europeo, cuando trata los temas de actualidad social o empresarial, sigue abusando de un cierto maniqueísmo, los malos y los buenos. Aquí se nos induce a ver a la empresa como “la mala” de la película. Un jefe tiene que tomar una decisión, despedir a una empleada (Sandra) o que los empleados de la sección renuncien a su paga extra a fin de mantenerla en el puesto. Para ello propone que sean los 14 empleados los que voten: despido y paga extra si o despido no y paga extra no.
A lo largo de la película asistimos al esfuerzo de Sara por convencer a los empleados de su sección para “renuncien” a su paga a cambio de que ella siga en el puesto. ¿Qué podemos aprender de esta película, desde la óptica de gestión de empresas? 

  1.    ¿Es correcta la actuación de la empresa? Para mí sí. El superior tiene que tomar una decisión. Se ha dado cuenta que en ausencia de Sara (tuvo una baja por depresión) el trabajo se hacía igual, por lo tanto con menos personal. Un criterio de optimización de la gestión determina que se deben reajustar los recursos.
  2. ¿Podía haber tomado el jefe la decisión? Si, por supuesto. Pero opta por implicar al grupo en la decisión. Eso se llama asumir responsabilidades por parte de los empleados. Los empleados deben entender que hay decisiones “duras”, despedir a una persona lo es. Para entender estos hechos que mejor acción que implicarse en ellos 
  3.    El comportamiento individual del colectivo humano. Algunos trabajadores optan por no implicarse en la decisión. No desean adoptar una postura de “si” ni “no”, prefieren escudarse en los otros. Preguntándole cosas a Sandra cuando va verlos del tenor de ¿cuántos han decidido que te quedes? O a mi me gustaría que te quedarás ojala salga que “sí” pero yo votaré “no
  4.  La fortaleza de Sandra. La fuerza de lucha ante la adversidad. Sandra no se derrumba ante su situación y la vemos luchar constantemente, hablando con cada uno de los trabajadores y luchando para que cambien su voto en su favor.
  5. El comportamiento ético de Sandra al final. Ante la votación final de empate entre “si” y “no”, el jefe opta por despedirla y mantener la paga extra al resto. Pero le comunica que a los dos meses la volverá a contratar ya que no renovará el contrato temporal de uno de los trabajados del equipo. Sandra que tiene la certeza de que el que será despedido, ocupando ella su puesto, es uno de los que ha votado a su favor, opta por no aceptar esta oferta. Mantiene un comportamiento ético y de corresponsabilidad.

Las empresas no son ni buenas ni malas y sus jefes tampoco, en la mayoría de los casos. Hay que tomar muchas decisiones en una empresa y algunas son verdaderamente desagradables. Es bueno y conveniente que los empleados se impliquen en estas decisiones y vayan aprendiendo a ejercer responsabilidades y no solo a obedecer. 

Lamento que la película haya dejado un trasfondo de que la empresa es la malvada y encima busca el enfrentamiento entre los empleados. Además pierde una ocasión magnifica de mostrar “que tú, empleado” eres el responsable de tu vida y de tu proyecto. Que dos sueldos pequeños en casa, con miembros con baja formación y empleos con perfil altamente sustituibles, pueden llevarte a que te encuentres en situaciones críticas en la vida. El cine también debe ser un instrumento para educar sobre eso e ilustrar que es importante gestionar tu vida. No solo focalizarte en tener un empleo, casa, coche y niños. Creo sinceramente que un cineasta norteamericano no le hubiera dado el enfoque que le han dado estos dos cineastas europeos. El siglo XXI no es tan maniqueo (buenos y malos) como el siglo XX. Es el siglo de la responsabilidad individual y la capacidad de proyección personal.

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