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lunes, 29 de junio de 2015

EL TRABAJO BASURA HA VENIDO PARA QUEDARSE



En un magnífico libro, de obligada lectura, escrito hace algún tiempo, el autor Jeremy Rifkin ( El fin del trabajo, Ed Paidos 1996) ya anticipaba, en un análisis de la economía de USA muchas de las cosas que ahora nos pasan. Entre otras la aparición del trabajo parcial y del trabajo basura, al tiempo de la aparición de una nueva élite laboral en torno a todos aquellos trabajos que tienen que ver con el conocimiento. El principal problema, que también anticipaba Rifkin es que los nuevos trabajos vinculados al conocimiento no son ni mucho menos suficientes para absorber aquellos que se destruyen o los que van a parar a tiempo parcial y desearían hacerlo a tiempo completo. En conclusión parece ser que no hay trabajo para todos, o al menos un trabajo digno de tal nombre y que nos permita vivir con cierta holgura y dignidad. Ya anticipaba Rifkin en su libro que “la desaparición del trabajo como factor clave de producción se transformará en el proceso inacabado de la sociedad capitalista”. También apuntaba “todas las categorías de trabajadores quedaran sustancialmente reducidas en número y alguna desaparecerán por completo  [……..] muchos trabajadores ya no son capaces de encontrar empleos a tiempo completo y de tener un trabajo seguro a largo plazo”. Hay que tener en cuenta que todas estas citas de Rifkin llevan escritas 20 años. ¿Premonitorio verdad?
No tanto. Rifkin supo leer e interpretar muy bien lo que estaba pasando, sus origines y las consecuencias, en especial en las primeras décadas del siglo XXI. Todo esto viene a cuento de la ya conocida tercera revolución industrial (la de la información y del conocimiento). Para alguno, como John Naisbbit comienza silenciosamente en la década de los 70 del siglo pasado. Si bien se acelera en los 80 y 90 con la aparición de una nuevas tecnologías de la información que atacan de forma transversal a todas las empresas y a todos los puestos de trabajo de las  empresas. Las empresas comenzaron en la década de los 90 del siglo pasado a realizar lo que se conoce como reingeniería de procesos. Que no es otra cosa que volver a diseñar los principales procesos buscando su máxima productividad y eficiencia. Esto empezó a generar despidos masivos de personas en especial trabajadores de cuello blanco, se vieron seriamente afectados. La siguiente vuelta de tuerca la empezaron aplicar las empresas en los primeros años del siglo XXI con la utilización masiva de TIC que rediseñaban sus procesos operacionales y organizativos con eficiencia inusitada y sin necesidad de tantos trabajadores como tenían. Hoy en día los procesos empresariales se pueden realizar, en muchos casos, sin la asistencia de mano de obra. Son los ordenadores los que controlan y ejecutan los procesos.
En fechas similares, principios de los 90 de la década pasada, Charles Handy anticipó en su libro La Edad de la sinrazón. Como afrontar los cambios delmundo actual, ed. Apóstrofe 1993, la forma en la que las empresas estaban configurando sus modelos de organización. En base al modelo “Trebol Irlandés”. En el mismo aparecía el trabajo a tiempo parcial y la subcontratación laboral como “hojas” cruciales de dicho modelo.
En la actualidad este modelo está plenamente vigente. Las empresas por un lado invierten en TIC lo que hace que sus procesos sean más eficientes sin necesidad de personas y por otro lado externalizan todas las funciones empresariales que pueden. Constituyen el núcleo duro de la organización en torno a un ramillete de trabajadores de elite del conocimiento, estos forman la parte estable, fija del trabajo, la bien remunerada. El resto se procura que sea trabajo externo, subcontratado o trabajo a tiempo parcial. Una especie de trabajo “just in time” como también apuntaba Rifkin en su libro. Esto nos conduce a crear sociedades en las que la organización empresarial se constituye a modo de “elefantes ypulgas” (Charles Handy, Ed Apostrofe 2002). Grandes empresas, cada vez mayores, pero con menos trabajadores fijos y con empleo a tiempo completo, rodeadas de un ejército de pulgas, los emprendedores, autónomos, gente que trabaja a tiempo parcial para muchas organizaciones. En ocasiones con ingresos muy bajos, que apenas les permiten vivir dignamente
Mucho me temo, pero creo que el trabajo basura, el trabajo a tiempo parcial, el trabajo que no permite vivir a una persona dignamente y lo mantiene en situación de marginalidad ha venido para quedarse. Se ha instalado confortablemente en la sociedad occidental desarrollada, con el consentimiento de los gobiernos y los sindicatos, en aras de una globalización que predicaba la felicidad infinita.
Es posible romper esta situación y volver a situaciones de partida. No lo veo. Solo veo una salida individual, a nivel de cada persona. Que sea capaz de construir un proyecto de vida, un proyecto personal de acorde a unos valores, principios e ilusiones y vaya descaradamente y firmemente a por él. Los gobiernos están a lo suyo y no se quieren enterar – o si lo saben no lo comunican, no sea que lie una revolución- de cuáles son los derroteros que está tomando el mundo empresarial respecto a su forma de organizarse y el empleo. Además, a esto hay que añadir un sistema educativo, a nivel de todo occidente, altamente obsoleto, que sigue educando clones para una sociedad industrial, la cual ya no existe. No hay visos de que los sistemas educativos pasen de enseñar a hacer a enseñar a crear que es lo que demandan las empresas en el siglo XXI
En cualquier caso, a no desanimarse. Cada uno a nivel individual tiene que coger su futuro en sus manos. Él debe ser el responsable de su destino y determinar si quiere estar entre los precarios o en la élite de los trabajadores del conocimiento. Os animo a leer el libro de Lynda Gratton, Prepárate el futuro del trabajo yaestá aquí. Galaxia Gutenberg 2012, que os dará pistas y guía para encontrar un camino en el lado no oscuro.

domingo, 21 de junio de 2015

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS



Esta es la famosa frase atribuida a Nicolás Maquiavelo (1469-1527) que parece ser que nunca dijo, pero según los estudiosos sí que indica bastante bien su pensamiento, en especial el recogido en su obra más conocida el Príncipe (1531).

Bueno, y a qué viene esto a cuento. Viene a raíz de la esplendida película LINCOLN (Steven Spielberg 2012), una lección de historia plasmada en imágenes, interpretada magistralmente por  Daniel Day-Lewis.  Parece que estamos viendo a Lincoln vivo. Spielberg nos narra los últimos cuatro meses de la vida del presidente (de enero a abril 1865), en especial el turbulento mes de enero de 1865, en el que se somete a votación la enmienda a la Constitución sobre la abolición de la esclavitud. Y Lincoln tiene que elegir si seguir adelante con su enmienda o poner fin a una guerra civil.

Ignoro si Abraham Lincoln había leído a Maquiavelo, pero sus decisiones en ese periodo histórico tienen bastante de Maquiavelo, el fin justifica los medios. Esta es una lección de aprendizaje enorme que nos ofrece la película. Hay más lecciones de aprendizaje que nos ofrece este filme. Veamos:


  1.  El ya mencionado el fin justifica los medios. Tenemos ocasión de aprenderlo en dos ocasiones. En una, a Lincoln le faltan 22 votos para que su enmienda salga adelante. No duda en dar orden de que “se compren” esos votos a diputados demócratas que han perdido las elecciones y se quedarán sin trabajo. Para recibir su apoyo en la votación les ofrecen puestos públicos. La otra, es la dura decisión que hay que tomar, o seguir adelante con la enmienda o acabar la guerra civil. Si pone fin a la guerra civil antes de la votación la misma no saldrá adelante, los estados esclavistas del Sur volverán al congreso y con sus votos impedirán que la enmienda prospere. El consejero personal de Lincoln se lo advierte “no se puede tener todo, hay que elegir”. Lincoln elige la enmienda y prolonga la guerra civil durante tres meses más.
  2. Cuando las cosas se complican mucho el líder baja a la arena. Les faltan unos 8 votos para conseguir que la enmienda sea aprobada. Lincoln se arremanga y contacta con esos diputados tratando de convencerles y lograr su compromiso, con razonamientos políticos y morales.
  3. Aparece el ahora tan famoso en España “no me consta”. Se va a producir la votación de la enmienda en el Congreso. Pero alguien la interrumpe diciendo que parece ser que Lincoln está negociando con representantes rebeldes el fin de la guerra. Piden, para poder seguir la votación, una declaración formal del Presidente al respecto. Van a buscarla y Lincoln de forma muy elegante les manifiesta algo parecido al actual “no me consta” 
  4.  Hay que saber ceder en lo superfluo para conseguir lo importante. Hay un congresista, antiesclavista hasta la médula (papel interpretado por Tommy Lee Jones) que quiere ir mucho más allá con los logros de la enmienda (igualdad racial, derechos civiles, voto.etc). Le aconsejan, ante su última intervención en la Cámara que por favor no mencione la igualdad racial de los negros, solo la igualdad civil. Así lo hace. Cede parte de sus pretensiones. Y así no ahuyenta a los indecisos.

La enmienda que abolía la esclavitud en USA salido adelante a finales de enero de 1865, con el voto a favor de los 2/3 de la Cámara de Diputados. Se dio un vuelco a la historia y USA empezó a aprovechar las cualidades, el talento y la capacidad de 4 millones de personas que pasaron a ser libres.  Si bien se tardo algo más de 100 años para que los negros vieran sus derechos civiles totalmente respetados. Ya se sabe, una cosa son las leyes y otra el cambio de comportamiento del ser humano. Este tarda mucho más
La vida y mucho más la política nunca se escribe con renglones rectos. Hay que meter borrones entremedio para conseguir objetivos importantes. Que levante la mano el que esté libre de culpa. Yo en esta ocasión, sin dudarlo, me apunto al “fin justifica los medios”.

lunes, 15 de junio de 2015

CONSTRUYE TU MARCA PERSONAL



¿Te has preguntado por el hecho de que unas personas sean reconocibles y otras no? Hay personas, tales como profesores, escritores, empresarios, deportistas, sobre los que no nos tienen que contar demasiado, los reconocemos enseguida. Sabemos con bastante certeza como se comportan, como son. Para nuestro entender son bastante transparentes. Su forma de presentarse, de actuar de hablar, es su tarjeta de visita, no necesitamos que nos hagan un relato sobre su curriculum vitae.
¿Te has preguntado por qué es eso? ¿A qué se debe?  Se debe básicamente al hecho de que esas personas reconocible son portadoras de lo que llamamos “marca personal”.
La marca personal, al igual que en los productos, nos identifica, nos hace reconocibles. A nadie hay que explicarle mucho sobre lo que es Coca-Cola, McDonald´s, Apple, Rolex, BMW o Volvo Esos productos, como muchos otros, con el tiempo y el esfuerzo se han ganado una forma de ser y de estar. Han hecho posible que algunos atributos, que la empresa buscaba que fueran reconocibles, lo fueran. Han trabajado seriamente durante años para que el público identifique algunos atributos (alegría, amistad, comida rápida, innovación, prestigio, distinción, comodidad, seguridad). Y cuando el público quiere comprar algunos de esos productos reconocibles por su marca lo hace precisamente por eso, por la marca, por los atributos que confiere. No hace falta que les expliquen mucho sobre esos productos, la solidez de su marca les precede y eso es suficiente garantía para adquirirlos.
Pues bien, lo mismo puede ocurrir con las personas. ¿Cómo piensas que te identifiquen en un mar de 100.000 personas? Se van a leer los curricula de los 100.000 para seleccionarlos. No ni mucho menos. Seleccionar a aquel o aquellos que sean portadores de una marca personal y que la misma haya ido dejando rastro a través de sus conductas, intervenciones, discursos, libros, blogs.etc.
Cada persona debe crear su marca personal. Vemos por dónde empezamos y como seguimos.

  •  Lo primero que tienes que hacer es pensar en cómo quieres que te reconozcan. Cuales serían de tus atributos los que te gustaría que fueran reconocibles. Todos tenemos atributos. Consiste en elegir 3 o 4 de ellos. Vamos a ver te sientes más cómodo con los atributos de alegre, diligente, perseverante, confiable, seguro o con sus contrarios. Supongo que con los primeros verdad. Pues esa es la primera decisión que debes tomar. Supongamos que decides qué prefieres seres una persona identificable por su “seguridad, diligencia, y opinión formada”
  • Bien, hecha la primera elección, lo segundo que tienes que hacer es empaquetar esos atributos y aplicarlos a tu persona. En dónde, en todo lo que hagas, ya sea una reunión de trabajo, un discurso, un escrito o una presentación. A fuerza de empaquetar e incluir esos atributos en tu conducta continuada, esos atributos sea hacen reconocible, se hacen identificables. Los otros, en poco tiempo empezarán a verte bajo el prisma de esos atributos.
  • Por lo tanto le tercer y último paso que has de hacer es dar a conocer a los cuatro vientos esos atributos, se han convertido en tu marca personal. No los guardes nunca. Hazlos visibles en todo aquello que hagas. Hoy en día una forma de que te identifiquen esos atributos es manejarte de forma ágil por las redes sociales y tratar de conseguir un número de seguidores que te identificaran por esos atributos que tú te esfuerzas en hacer visible en todo aquello que haces. Un  complemento muy útil a lo mencionado es tener un blog y dejar constancia permanente, una vez a la semana, como mínimo, en tus escritos de esos atributos que te hacen reconocible y confiable

Si pones en prácticas estos sencillos pasos en poco tiempo desarrollarás una marca personal propia, que te hará reconocible por los otros. Cuando terceros  hablen de ti dirán que eres una persona “segura, diligente, con opinión sobre las cosas”, precisamente como tu deseabas que te reconocieran. Esa es la gracia de la marca personal que te hace reconocible e identificable a ojos de terceros sin necesidad de que estos hayan tenido nunca tu currículo en sus manos. ¿Y sabes qué pasa cuando eres reconocible e identificable? Pues muy sencillo que eres seleccionable, digamos por ejemplo para un puesto de trabajo.

domingo, 7 de junio de 2015

¿TU PERSONA SE COTIZA EN EL MERCADO?



Estimado lector que ahora estás ojeando estas líneas ¿te has preguntado alguna vez  si tu perfil profesional se cotiza en el mercado? Si, no te quedes perplejo, no pongas esa cara de sorpresa, ¿te lo has preguntado alguna vez?

Si ahora te quedases en el paro, o bien estuvieses pensando en cambiar de trabajo ¿te has preguntado si te sería fácil o difícil encontrar otro trabajo y si tu salario iría al alza o a la baja?

Te preguntarás posiblemente ¿pero de que me están hablando? De algo muy sencillo, hablamos de la empleabilidad.

Te lo explico con una definición sencilla. La empleabilidad es la capacidad que debe tener el ser humano  de gestionar su propia trayectoria intelectual, emocional y profesional, de tal forma que dichas variables sean cada vez, con cada trabajo, más ricas y de mayor valor para la persona.

Se puede decir más sencillo, empleabilidad es la capacidad del ser humano de gestionar su propio destino, de llegar él donde quiera y no estar en manos de los vaivenes del viento y las incertidumbres políticas, económicas o sociales.

Ahora cabrían posiblemente dos preguntas, que tal vez estimado lector te estás haciendo. Una ¿por qué es necesario gestionar la empleabilidad?  y otra ¿eso como se hace?

Respondamos a la primera. Desde hace algún tiempo, pongamos a partir de los años 80 del siglo pasado, las empresas fueron renunciando a poder garantizar niveles de empleo de por vida. Incluso las grandes corporaciones japonesas, Sony, Sanyo, Toyota, Honda.etc, que tenían a gala y a modo diferenciador cuidar del empleado desde que entraba en la corporación hasta que dejaba la vida laboral activa, tuvieron a principios del 2.000 que renunciar a este compromiso.

Por lo tanto, en la actualidad y presumiblemente en el futuro, lo de hacer una carrera en una empresa, estar 20 años en ella no es un hecho que a priori se de por sentado y entre en los esquemas de la empresa y posiblemente ni en los esquemas del empleado.

¿Qué se puede en la actualidad hacer carrera en una empresa? Por supuesto, pero ahí también juega la empleabilidad. Pero lo más probable es que la empresa tenga que hacer reajustes de plantilla en determinados momentos económicos, lo estamos viendo este año, muchas grandes empresas están expulsando empleo al objeto de retomar la senda del crecimiento por parte de la empresa.

Además puede que a ti, estimado lector, no te apetezca estar 20 años en una misma empresa, ni siquiera 6 años. ¿Por qué? Sencillo, por haber agotado el techo del aprendizaje en la empresa. Y aquí está uno de los secretos de la empleabilidad, el aprendizaje continuo.

Además te tengo que decir sinceramente que los trabajos interesantes, de valor, aquellos  que traen aparejados altos retos profesionales, elevadas responsabilidades y por lo tanto elevados salarios no son tantos como parecen. Los puestos de nivel en las empresas no abundan y suelen estar ocupados y los  que están en ellos obviamente no se quieren ir. Hay que competir duro por ellos. Hay que desearlo y estar dispuesto a conseguirlo. Ahí esta otra pieza clave de la empleabilidad

Vemos hoy en día mucho trabajo mil eurista o inferior. Pero nos preguntamos qué valor aportan a la empresa esos empleados y que reto tiene el trabajo para la persona. Posiblemente son sustituibles en su trabajo. Aquí reside otra clave de la empleabilidad. Si tu trabajo lo puede hacer cualquier otro eres sustituible y por lo tanto no aportas un valor a la empresa. No aportas conocimientos, habilidades y actitudes diferenciales.



El pensamiento que les puede venir a la cabeza a muchos es ¿qué futuro me espera?, ¿qué puedo hacer?, ¿después de los estudios qué? Te diré estimado lector que no hay milagros, pero gestionar tu empleabilidad puede ser una buena herramienta.

Y aquí viene la respuesta a la segunda pregunta que planteamos al principio, ¿y eso como se hace? Ya dimos algunas pistas sobre la empleabilidad (desea las cosas con pasión, busca trabajos en los que puedas realizar un aprendizaje continuo y ascendente, no descuides tu formación continuada, ten dominio sobre tus emociones). Ahora proponemos unas pautas de cómo ensamblar la gestión de esas variables.

La gestión de la empleabilidad se sustenta en la gestión de un proyecto personal de vida profesional y afectiva. Es importante aprender desde temprana edad dónde están mis fortalezas y debilidades y articular un proyecto personal en torno a ello. Para lo cual se pueden seguir las siguientes reglas:
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  •  Aprende a escucharte y a observarte a ti mismo. En fin, aprende a conocerte. ¿Y eso como se hace? Presta atención a lo que haces y con quién estas.Cuando estás ocupado estudiando o trabajando, obsérvate. ¿Qué es lo que te resulta fácil, agradable? Te resulta fácil memorizar, o más bien razonar, te gusta lo analítico o lo espacial, eres un hacha en números o más bien en el razonamiento lógico verbal, disfrutas escribiendo o por el contrario hablando. En fin aquí tienes unas pistas, que si sabes oírlas te irán indicando el camino en torno a “cuáles son tus habilidades y capacidades”Lo mismo ocurre cuando estás con otros. Te gusta relacionarte con otros o por el contrario prefieres estar solo. Te sientes mejor cuando siempre puedes participar en la reunión o estar mejor escuchando, eres de los que siempre organizan a la pandilla o por el contrario vas dónde dicen. En fin aquí tienes otras pistas.   
  • Sueña, visualiza dónde quieres llegar en qué situación personal y profesional te gustaría haber llegado cuando revises tú vida, por allí treinta años más adelante. Haz un esfuerzo en visualizarlo. Te gustaría ser una persona reconocida profesionalmente o más bien amas la vida más sosegada, prefieres haber contribuido a ayudar a los demás, o quisieras haber dado la vuelta al mundo o por el contrario te gusta mucho la relación con los otros..etc.  De esa visualización y sueño podrás obtener claves de hacía donde orientar tu trayectoria profesional y personal.Compara si tus habilidades “que has descubierto” coinciden con las exigidas por tu sueño. Si es así enhorabuena. En caso contrario trata de ajustarlas
  • Crea un círculo de relaciones. Cultiva desde niño las relaciones con otros y conserva sus direcciones, teléfonos e-mail. Con toda persona que mantengas una relación profesional o personal  trata de conservar sus datos y al menos una vez al año refresca su contacto. Le puedes enviar una felicitación por Navidad. Ese círculo de relaciones que ahora te puede parecer insignificante, es un gran paracaídas y una gran catapulta.Nadie consigue nada en la vida por sí solo. Alguien te tiene que ayudar, dar el empuje creer en ti o avalarte en un momento dado. Ahí reside una clave importante de tu desarrollo personal y profesional. Alguien de ese círculo de relaciones puede apostar por ti en un momento dado o también te puede sacar de “un agujero negro” en otras circunstancias.
  • Domina lo emocional. Muestra siempre actitudes activas y positivas, empápate de ilusión y deseo por lo que haces y por lo que quieres lograr. A nadie le gusta relacionarse con una persona amargada y triste. Haz de lo emocional una herramienta de relación positiva
  • Elige un camino, elige como vas a llegar desde dónde estás hasta ese sitio “soñando y visualizado” ¿Llegarás de inmediato? Posiblemente no. Es más posiblemente sufrirás y te decepcionarás por el camino. Sentirás muchas veces deseos de tirar la toalla.