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lunes, 15 de junio de 2015

CONSTRUYE TU MARCA PERSONAL



¿Te has preguntado por el hecho de que unas personas sean reconocibles y otras no? Hay personas, tales como profesores, escritores, empresarios, deportistas, sobre los que no nos tienen que contar demasiado, los reconocemos enseguida. Sabemos con bastante certeza como se comportan, como son. Para nuestro entender son bastante transparentes. Su forma de presentarse, de actuar de hablar, es su tarjeta de visita, no necesitamos que nos hagan un relato sobre su curriculum vitae.
¿Te has preguntado por qué es eso? ¿A qué se debe?  Se debe básicamente al hecho de que esas personas reconocible son portadoras de lo que llamamos “marca personal”.
La marca personal, al igual que en los productos, nos identifica, nos hace reconocibles. A nadie hay que explicarle mucho sobre lo que es Coca-Cola, McDonald´s, Apple, Rolex, BMW o Volvo Esos productos, como muchos otros, con el tiempo y el esfuerzo se han ganado una forma de ser y de estar. Han hecho posible que algunos atributos, que la empresa buscaba que fueran reconocibles, lo fueran. Han trabajado seriamente durante años para que el público identifique algunos atributos (alegría, amistad, comida rápida, innovación, prestigio, distinción, comodidad, seguridad). Y cuando el público quiere comprar algunos de esos productos reconocibles por su marca lo hace precisamente por eso, por la marca, por los atributos que confiere. No hace falta que les expliquen mucho sobre esos productos, la solidez de su marca les precede y eso es suficiente garantía para adquirirlos.
Pues bien, lo mismo puede ocurrir con las personas. ¿Cómo piensas que te identifiquen en un mar de 100.000 personas? Se van a leer los curricula de los 100.000 para seleccionarlos. No ni mucho menos. Seleccionar a aquel o aquellos que sean portadores de una marca personal y que la misma haya ido dejando rastro a través de sus conductas, intervenciones, discursos, libros, blogs.etc.
Cada persona debe crear su marca personal. Vemos por dónde empezamos y como seguimos.

  •  Lo primero que tienes que hacer es pensar en cómo quieres que te reconozcan. Cuales serían de tus atributos los que te gustaría que fueran reconocibles. Todos tenemos atributos. Consiste en elegir 3 o 4 de ellos. Vamos a ver te sientes más cómodo con los atributos de alegre, diligente, perseverante, confiable, seguro o con sus contrarios. Supongo que con los primeros verdad. Pues esa es la primera decisión que debes tomar. Supongamos que decides qué prefieres seres una persona identificable por su “seguridad, diligencia, y opinión formada”
  • Bien, hecha la primera elección, lo segundo que tienes que hacer es empaquetar esos atributos y aplicarlos a tu persona. En dónde, en todo lo que hagas, ya sea una reunión de trabajo, un discurso, un escrito o una presentación. A fuerza de empaquetar e incluir esos atributos en tu conducta continuada, esos atributos sea hacen reconocible, se hacen identificables. Los otros, en poco tiempo empezarán a verte bajo el prisma de esos atributos.
  • Por lo tanto le tercer y último paso que has de hacer es dar a conocer a los cuatro vientos esos atributos, se han convertido en tu marca personal. No los guardes nunca. Hazlos visibles en todo aquello que hagas. Hoy en día una forma de que te identifiquen esos atributos es manejarte de forma ágil por las redes sociales y tratar de conseguir un número de seguidores que te identificaran por esos atributos que tú te esfuerzas en hacer visible en todo aquello que haces. Un  complemento muy útil a lo mencionado es tener un blog y dejar constancia permanente, una vez a la semana, como mínimo, en tus escritos de esos atributos que te hacen reconocible y confiable

Si pones en prácticas estos sencillos pasos en poco tiempo desarrollarás una marca personal propia, que te hará reconocible por los otros. Cuando terceros  hablen de ti dirán que eres una persona “segura, diligente, con opinión sobre las cosas”, precisamente como tu deseabas que te reconocieran. Esa es la gracia de la marca personal que te hace reconocible e identificable a ojos de terceros sin necesidad de que estos hayan tenido nunca tu currículo en sus manos. ¿Y sabes qué pasa cuando eres reconocible e identificable? Pues muy sencillo que eres seleccionable, digamos por ejemplo para un puesto de trabajo.

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