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lunes, 13 de octubre de 2014

LAS LIMITACIONES AL EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA

El 99,85% del tejido empresarial español son las denominadas Pymes y de estás más del 55% no cuentan con ningún empleado. El término medio de empleo de las pymes españolas es muy bajo, de 0 empleados a 20 (estas solo representan el 2,18%). Este conjunto, por su debilidad estructural tiene muy poca capacidad de innovación y de generar empleo de cierta calidad y estabilidad. Por lo tanto es necesario promover y animar el emprendimiento con la vista puesta en el crecimiento de aquellas empresas que nazcan. Ello como, tal vez, el único camino de salir de esta enorme crisis que nos atenaza.

Ahora bien, en España, parece que se anima solo al emprendimiento desde los púlpitos políticos y poco más. Se hace poco para aligerar la burocracia en la apertura de nuevas empresas. En Inglaterra se puede crear una empresa en 24 horas, con pocas libras. En España se consume un promedio de 25 días y un mínimo de 3.500 €. Pero con todo este no es el problema mayor. El problema mayor es el conjunto de desánimo que rodea el entorno del emprendedor, por las diferentes causas que a continuación apuntaré:
  • La universidad es un desierto en cuanto a crear entornos que animen al emprendimiento y mucho menos que impulsen la imaginación y la creatividad de los alumnos. Es frecuente que un alumno termine su formación superior habiendo solo recibido una enorme carga teórica pero sin ningún contacto con la realidad y mucho menos información y formación de cómo en su profesión se pueden crear empresas
  • Por otro lado, las universidades, salvo alguna excepción, no cuentan con unidades de apoyo para el emprendimiento que dispongan de financiación para proyectos en la creación de empresas. Formar en emprendimiento es un poco inútil. A emprender se aprende haciendo y para ello son necesarios fondos en forma de capital que aportar al proyecto inicial
  • La colaboración de las empresas privadas, también salvo alguna excepción (Proyecto Lanzadera, de Francisco Roch – Mercadona, o Telefónica con Waira) deja mucho que desear.  No arriesgan apoyando e invirtiendo en nuevos proyectos. Y qué decir de la banca, que está totalmente alejada de esta actividad. Por ello los emprendedores se encuentran huérfanos de apoyo financiero
  • La existencia de Business Angels (inversores privados a riesgo) también es escasa en España, se calcula que puede haber unas 50 redes que agrupan a unos 1790 inversores. Normalmente arriesgan cifras pequeñas, no tienen grandes fortunas y la normativa del estado (ausencia de ley de mecenazgo) tampoco ayuda. Entre los más destacados Business Angels  españoles tenemos:
  • Los centros de apoyo al emprendedor que existen en ayuntamientos  y cámaras de comercio se suelen centrar en lo formal (planes de negocio) y poco más. Son de poca ayuda efectiva por la sencilla razón de que normalmente aquellos que asesoran nunca han emprendido, suelen ser funcionarios o afines. Así es difícil trasmitir las claves del emprendimiento, que se encuentran lejos de los procesos formales.
Este panorama descrito podemos afirmar que no genera un clima propicio para el emprendimiento. Es necesario, urgente, modificar este clima y generar las condiciones para que nuestros chicos, desde temprana edad, en la escuela empiecen a cultivar el germen del emprendimiento. El siglo XXI es un siglo en manos de emprendedores no de grandes empresas, las cuales por otra parte cada vez son más grandes pero con menores plantillas y recursos internos, se apoyan cada vez más en el exterior, en los emprendedores. Esperemos que la pronta llegada del campus de Google para el próximo semestre represente un gran revulsivo y cambio de la situación. Lo necesitamos

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