Me refiero a D. Emilio Botín, presidente del Grupo Santander, fallecido esta mañana (10.09.2014) al parecer de un infarto.
Yo
conocí a su entorno próximo. D. Emilio se hizo cargo del banco en 1986 y
yo me incorpore en 1988 en un cargo directivo alto en el área
internacional. En aquel entonces el banco hervía de cambios y sobre todo
de cambio cultural. El banco deseaba propiciar un cambio cultural
rápido, postergando al bancario de toda la vida, más parecido a un
funcionario que a otra cosa, por nueva sangre venida de todas las
procedencias y sobre todo con experiencia internacional. Ni que decir
tiene que se produjo un choque de culturas enormes. Las luchas eran
constantes, el banco cambiaba a toda velocidad. He de decir que para mí,
que venía de la Societé Générale fue un choque tremendo, el entrar en
un banco atrasado, anquilosado, anclado en el pasado. Pero pronto nos
pusimos manos a la obra, a luchar sin cuartel, unas visiones frente a
otras Ese era el tipo de cultura, el de la lucha. El que más podía era
el que se llevaba el gato al agua. Así fue como se cuajo la dinámica que
hoy caracteriza a este banco
En
cuanto a D. Emilio creo que era un tendero, pero un tendero listo y muy
intuitivo, con una capacidad de liderar y negociar enorme. Lo que más
le gustaba era comprar y vender. Lo seguía de cerca todo y metía
presión, vaya que si la metía. Si alguien decía algo parecido a “creo
que podemos ganar con esta operación”. Él respondía: “te comprometes a
un 20%, pues adelante” Luego te pediría responsabilidades si no
conseguías el 20%
D. Emilio respondía al estereotipo de líder carismático. Creo que tenía todos sus rasgos:
- · Objetivos o metas ambiciosas. Hacer crecer al banco por encima de todos
- · Rompía reglas constantemente. Fue el primero que inicio la guerra del pasivo, colocando en 1989 un enorme pasquín en la fachada de la Torre Negra, en Castellana, anunciando que pagaba un 10% en cta cte.
- · Control absoluto sobre todo. Las 24 horas de todos los días del año los dedicaba en exclusiva al Banco y participaba en todas las decisiones relevantes y algunas no tanto
- · Fuerte carisma, personalismo. Una personalidad fuerte, arrolladora y a la vez sencilla. Era muy difícil llevarle la contraria. Y entrar en debate con él era casi seguro garantía de perder
- · Constante y contumaz. No cejaba en el empeño. El objetivo que se le metía entre ceja y ceja no descansaba hasta conseguirlo
- · Maestro en el arte de arrinconar al contrario. Sus acciones arriesgadas y decididas le costaron más de un disgusto a otros bancos. Si su decisión la resistía la cuenta de resultados no dudaba en ponerla en marcha, en el convencimiento de que la cuenta de resultados del contrario no podría soportarla.
- · Gran ojo para seleccionar personas claves. Tenía un buen ojo para elegir a sus más próximos colaboradores y no le importaba sacarlos de donde fuere. La chequera podía con todo
- · Pero, también podía generar desencanto rápido entre sus más fieles seguidores. Algunos vi desfilar yo y más tarde cuando ya no estaba en el banco. Con enorme ilusión, ellos al principio, pero al poco tiempo quemados
- Hay que reconocer que el Banco Santander ha sido él y un número de unos 300/400 profesionales muy buenos y muy bien pagados, todos a las órdenes del capitán de barco.
- No en vano él cogió un banco, que estaba el 7º en el ranking español, que poca gente conocía y lo ha colocado a día de hoy, en el primer lugar en Europa y entre los 15 primeros en el mundo. Sin duda genero riqueza, empleo y extendió el nombre de España por todo el mundo. Descanse en paz un líder, un capitán de empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario