La vocación surge desde el interior. Es tú interior el que te llama, el que te empuja a encauzar tu vida hacia una profesión o dedicación. ¿Cuántas personas de las que nos rodean han encauzado su vida en base a la vocación? Creo que muy pocas. Si miramos a nuestro alrededor la inmensa mayoría de los trabajadores están desilusionados y quemados. Ni que decir de los alumnos que tengo en clase. Ni siquiera saben por qué están ahí ni para qué.
La inmensa mayoría de la gente comete dos graves errores al
encauzar su vida:
1.
Solo se fija en lo externo. Busca un trabajo
atendiendo solo a factores externos: el salario, la proximidad al hogar, el
consejo de papa o mama, la recomendación de un amigo, las posibilidades de
promoción. Se olvida totalmente de su llamada interna, de su vocación. Tal vez
es que ni la siente. Lo cual es de preocupar.
2.
Miedo, la negación a todo lo que suponga
esfuerzo o desconocido. En mis clases de recursos humanos, en algunos temas
invito a mis alumnos a que expresen sus sueños. Muy pocos los tienen y los que
los tienen lo primero que alegan para no ir a por ellos es que: eso cuesta
mucho, es imposible, no lo puedo lograr, no está a mi alcance. Se dan por
derrotados antes de empezar. La gente está acostumbrada a pensar en negativo.
No se puede hacer. Ver las dificultades lo primero. Carece de la mínima ilusión
para iniciar algo, viendo el lado positivo de las cosas.
Si quieres ser feliz, lograr un desarrollo profesional y
personal atrayente, atiende:
·
Primero a
tu vocación, a tu llamada interna. Búscala. Piensa en las cosas que te hacen
feliz, en las cosas que sabes hacer bien, en las cosas que te llenan como
persona. Seguro que encuentras por lo menos una. Pues bien esa es tu llamada.
Dedícate a ello. Pon lo medios para hacer realidad esa llamada.
·
Quítate la negatividad y el miedo de la cabeza.
Sueña y hazlo en positivo. Coge tu vocación como un proyecto y apoyándote en la
ilusión y el esfuerzo ve hacia su consecución. Llegaran momentos malos y
difíciles. Seguramente sí. Pero cuando lleguen ya verás cómo se resuelven.
Seguro que no los tienes si no haces nada. Si sigues en tu trabajo que odias o
en tus estudios que no soportas.
Te animo a que reflexiones sobre este post, te animo a soñar y también te animo a que dejes ese trabajo que es un martirio para ti, que no te conduce a nada o esos estudios que has escogido por el hecho de que no sabías que escoger. En definitiva te animo a la rebeldía y a ser valiente. A que hagas de tu vocación en eje de tu vida.
En un mundo globalizado, altamente competitivo y
tecnologizado, en el que la persona tiene una enorme libertad individual, solo
los que sepan hacer un uso positivo de la misma, siendo valientes en ejercer su
vocación, tienen probabilidad de vivir en un contexto de felicidad personal y
profesional. El resto me temo que son hojas que se llevará la corriente del río
hacia las cloacas del sistema
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