Vemos las coincidencias con nuestro emprendedor al mando de su startup:
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Ambos son
líderes. De sus decisiones va a depender que la nave avance y que la
startup se empiece abrir camino
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Ambos
tienen metas u objetivos claros. Saben porque están ahí. Cooper para salvar
a la humanidad y nuestro emprendedor para arrancar su sueño.
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Un enorme
amor al riesgo. Ambos se embarcan en proyectos que no están muy claros, son
nebulosos al inicio y la probabilidad de logro es baja
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Un gran
compromiso en aquello en lo que creen. Ambos formas parte de un sueño,
diferentes, pero que tiene cada uno.
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Una gran
dosis de empuje e iniciativa. Son pura acción, ambos, Cooper y nuestro
emprendedor
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No se
eternizan en planes y estudios. Llevan a cabo los justos y cuando creen que
tienen el proyecto engarzado, eso si con grandes incógnitas, no esperan más se
ponen en marcha
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No temen a
los errores y al fracaso. Saben que los van a tener, pero les va a servir
de acicate, van a aprender de forma positiva de ellos
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Una gran
resilencia. No se rinden fácilmente ante ninguna circunstancia, tienen
claro para que están ahí. Cooper para encontrar otro lugar habitable, un sueño,
nuestro capitán de la startup convertir su sueño en empresa.
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Una gran
curiosidad. La cual les mueve a experimentar y probar una y otra vez hasta
encontrar como llegar allí dónde quieren
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Muy
seguros de sí mismos. Cooper no sabe todas las respuestas, pero sabe dónde
quiere llegar, ya irá despejando las incógnitas sobre la marcha. A nuestro
capital de la startup le ocurre lo mismo, no sabe si su idea convertida en
producto se venderá, si no fuera, ya verá que alternativa toma. Ninguno de los
dos se sienta en una esquina a realizar grandes elucubraciones. Ante todo
actúan y rectifican sobre la marcha: acción-reacción, lo más eficaz en
cualquier empresa
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Su gran
autoconfianza y liderazgo son capaces de embarcar a otros en el proyecto. Cooper
atraer a la científica Amelia al proyecto de salvar la Tierra y nuestro capitán
de la startup atraerá compromisos de socios o empleados.
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