La
toxicidad es como un virus del que podemos ser víctimas y nos convierte en
seres tristes, patéticos, alicaídos, derrotistas. Hay que huir como de la peste
de los entornos tóxicos y de las personas tóxicas que los crean. Las personas
tóxicas viven en el pesimismo permanente. Para ellos todo es negro, todo es
negativo, todo no se puede hacer, todo cuesta demasiado esfuerzo, para qué va a
esforzarse uno. Es curioso, este tema de forma soterrada suele salir bastante
en mis clases, en especial las de emprendimiento. Cuando propones alguna cosa,
siempre hay un grupo, que casi en voz al unísono dice eso no se puede hacer,
eso cuesta mucho, eso es imposible. Ya salieron los sujetos tóxicos.
El
sujeto tóxico es todo lo opuesto al optimista. Éste contempla la realidad con
esperanza, tiene sueños y establece compromisos. El tóxico vive en la
desesperanza continuada, no tiene sueños y como mucho tiene un compromiso
permanente con la negatividad.
A los
sujetos tóxicos se les identifica por lo que dicen y por lo que hacen, su
comportamiento. Por lo que dicen, ya lo hemos comentado, el no es su palabra
favorita. Para ellos nada es posible. Todo lo ven teñido de negro, parece que
lleven siempre las gafas de sol puestas. En cuanto a su comportamiento,
normalmente son seres tristes, inseguros, necesitan de algún apoyo externo para
afianzarse y no caerse. Suelen siempre escaquearse, no cuentes con ellos para
nada, mejor no, huye de ellos, suelen echar las culpas de lo que pasa siempre a
los otros, al entorno a la mala suerte, ellos nunca son responsables de nada. Siempre
van de victimas y el mundo no les comprende. Son infelices permanentes
Obviamente
los sujetos tóxicos crean una ola de toxicidad a su alrededor, un entorno
tóxico. ¿Dónde podemos encontrarlos? Por desgracia en todos los sitios. Los hay
en las familias. Ese padre o madre, o tía o pariente que continuamente te está
desanimando, ve erróneo todo lo que haces. Huye de ellos como de la peste.
También los podemos encontrar entre los compañeros de clase, del colegio o de
la universidad o en la pandilla de amigos. Son esos sujetos taciturnos que
nunca se apuntan a nada, pero siempre critican lo que los otros tratan de
iniciar. Huye igualmente de ellos. Tu salud lo agradecerá y tu estabilidad
emocional también. Lo peor de todo es cuando nos toca un jefe tóxico. No se
preocupará en absoluto de nosotros, para él somos una naufrago, una tabla a la
deriva. Nos echará las culpas de todo lo que pase y nunca encontraremos un
apoyo en él. Es mejor no tener ningún jefe que un jefe tóxico. Lárgate de ahí
cuanto antes.
En
definitiva no dejes que una persona negativa te contagie. Para ellos es un
éxito hacerte de su club. No dejes que te chupen la energía y tu positividad.
Como ya hemos recalcado lo mejor que puedes hacer es apartarlos sin
contemplaciones. No dejar que ni por asomo entren en tu vida. Si un sujeto
tóxico se apodera de tu voluntad estas perdido, te convertirás en un clon de
él. Y como ya he mencionado, cuidado, los puedes encontrar en cualquier esquina
de tu vida y en cualquier situación. Suerte y aparta a los sujetos tóxicos de
tu vida sin miramientos, sin contemplaciones. A nadie le resulta agradable y
placentero estar en contacto permanente con personas enfermas, suelen contagiar
su mal estado de salud y su decaimiento, pues no olvides que un sujeto tóxico
es una persona gravemente enferma en lo emocional.
En lo laboral podemos encontrar 4 fenotipos de jefes tóxicos:
- El desertor. Es un autista. No se preocupa de nada, va solo a lo suyo
- El robot. Es un currante subido a más. No entiende de relaciones humanas ni de lo emocional
- La oveja disfrazada. Son amables pero a la que te descuidas te traicionan
- El sanguijuela. Te usa y te tira
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