El
modelo de trabajo que ha dominado la era industrial, el de 40 horas semanales
con sueldo fijo y creciente año a año, está tocando a su fin o solo quedará al
alcance de aquellos altamente cualificados y que aporten un gran valor a la
empresa en la que puedan trabajar o realmente sean necesarios
Este
enorme cambio que se viene encima, que ya está aquí, es fruto por un lado de la
robotización y por otro de la economía colaborativa. La robotización, que no es
un fenómeno reciente, llevamos aplicando robots a la industria desde los años
50 del siglo 20. La novedad es que ahora y en un futuro inmediato los robots van
a ir copando trabajos de servicios y extendiéndose de forma muy intensiva en
sectores como la sanidad, la educación o la asistencia social (en especial para
aquellos que se los puedan pagar)
La
economía colaborativa, cuyo fenómeno data de 2010 (What's Mine Is Yours: The Rise
of Collaborative Consumption, Rachel Botsman) y empieza a instalarse en
2012-2013. La economía colaborativa, conceptualmente es algo muy viejo, viene a
significar yo tengo algo que me sobra (pe. habitación) y voy y te la presto o
te la alquilo. Lo realmente novedoso, fruto de la era digital es que surgen
empresas que crean “plataformas digitales” que gestionan, coordinan,
supervisan, orientan y controlan, todo aquello que alguien está dispuesto a
alquilar o prestar y otros están dispuestos a usarlos. Así surgen Uber
(transporte personas), Cabifay (transporte e personal) Airbnb (pernoctaciones
vacacionales) o Bla Bla Car (compartir vehículo para desplazamientos) o muchas
otras. Que destaca o diferencia a estas empresas, pues que no son propietarias
del bien que se usa (no tienen coches, no tienen habitaciones) y tampoco tienen
en plantilla a los trabajadores que prestan o realizan el servicio (conductores,
recepcionistas,etc).¿ Qué es lo que tienen? Pues una plataforma digital a la
que se pueden adherir todos aquellos que quieren prestar el servicio (los
conductores, los propietarios de pisos o habitaciones.etc) y a la que pueden acceder
todos aquellos otros que quieren usar el servicio y dicha plataforma gestiona,
controla todo el proceso de intercambio, incluido el cobro y el pago
La gran
novedad que supone “esta economía colaborativa” está en que rompe el concepto
tradicional de trabajo. Los que prestan los servicios o realizan el producto no
están en plantilla de los propietarios de la plataforma, en definitiva de la
empresa que lanza el servicio. Pasas de tener un contrato laboral (época
industrial) a regirte por un contrato mercantil, tú como empleado. Lo que significa
que los costes sociales son a tu cargo y en muchas ocasiones los diferentes
útiles que necesitas para realizar el trabajo también los pones tú ( pe el
coche o la habitación) con lo que los
gastos de mantenimiento de los mismo también corren de tu cargo
Esto
supone un giro enorme en la concepción del trabajo y en la configuración del
mercado de trabajo. Tu como “trabajador autónomo” para un empresa colaborativa
tienes que aprender a gestionar todo el proceso de trabajo, así como aprender a
gestionar tu futuro, tanto profesional como económico (piensa en tu posible
pensión, como voy recogiendo para la misma)
La gran
pregunta es: ¿está preparado nuestro sistema educativo para preparar a los
jóvenes ante este nuevo escenario? ¿o se
está preparando nuestro marco laboral y social para este gran cambio? Creo
sinceramente que no. La gran sorpresa para mucho va a ser mayúscula, cuando
vena que su única salida en el mercado laboral es hacerse autónomo y prestar su
fuerza laboral bajo contrato mercantil a alguna de múltiples empresa de trabajo
colaborativo que ya existen y seguirán floreciendo.
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