Como
mínimo que no entorpezca y no desmotive. Lo relevante no es la empresa, lo
relevante es el jefe que te toca en suerte. Con tu jefe vas a convivir muchas
horas de tu vida. Por lo tanto tu jefe te puede ayudar mucho, puede llegar
incluso a ser tu maestro o puede marcarte negativamente por mucho tiempo
A los
jefes no hay que pedirles imposibles, simplemente que se comporten como seres
humanos con sus subordinados. Has tenido suerte cuando un jefe:
- Se preocupa por tu desarrollo profesional. Habla frecuentemente contigo sobre eso, aún cuando vea que tu futuro no está en la empresa actua
- Te deja participar activamente en las decisiones y acepta propuestas tuyas
- Te deja un amplio margen de libertad para configurar tu trabajo
- Te vuelves una persona confiable para tu jefe. Te considera adulto y responsable
- No ejerce un control excesivo y abusivo sobre ti, claro siempre que tu respondas y no te dedique a la dolçe vita
- Crea un buen clima laboral, generando entornos amables, distendidos y alegres. Generando un “alma positiva” en el colectivo que se ve animada a empujar con fuerza
- Acepta el error, lo comprende y te da ánimos para volver a intentarlo
- Trata de ser objetivo e imparcial en lo tocante al reconocimiento y las recompensas. No se apropia jamás de una idea o de un trabajo tuyo. Sabe reconocer tus méritos
- No te deja “con el culo al aire” a la primera de cambio. Sale en tu defensa ante circunstancias difíciles que siempre se dan en el trabajo
Si has
encontrado en jefe de estas características, pues enhorabuena, consérvalo.
Estas en un entorno de aprendizaje y de desarrollo profesional y personal muy
positivo. En ese contexto te encontrarás motivado, fíjate que no hablo de
sueldo, para tratar de hacer y enfrentar nuevos proyectos con tus propias capacidades.
Por
desgracia este tipo de jefes no abundan, la espécimen más común suelen ser los
jefes tóxicos. Estos son el reverso de los mencionados anteriormente.
- No se preocupa nada por tu desarrollo profesional. Eres para él un mero recurso sustituible en cualquier momento
- Solo sus ideas y decisiones son las que valen. Siempre tiene razón y en caso de duda no duda en esgrimir sus galones
- Te limita toda participación e iniciativa. Eres un mero objeto más de producción
- No tienes ningún margen para configurar el contenido del trabajo. Las normas y los procedimientos los pone él
- Siempre lo tienes colgado a la chepa, ejerce un control paranoico
- No eres una persona de confianza para tu jefe. Te considera incapaz y nada responsable
- No acepta el error y lo castiga con dureza
- Lo único que importa es el resultado, todo el esfuerzo puesto, si no se consigue el objetivo es baldío
- Es totalmente arbitrario con el reconocimiento, generando a su alrededor una especie de clientelismo de “lame culos” que tratan de parasitar a su sombra. Tus ideas son siempre sus ideas
- No puedes confiar nunca en él, te dejara vendido a la menor ocasión propicia, a fin de quitarse un problema de encima y pasárselo a otro.
Si has
tenido la desgracia de que te toque en suerte un jefe de este cariz mi
recomendación es que te marches de ese departamento o empresa lo antes posible.
Tu salud te lo agradecerá
Algo
que les digo siempre a mis alumnos, el día que os ofrezcan un trabajo, no lo
aceptéis sin tener una conversación de al menos 10 minutos con el que será
vuestro jefe. Esa conversación, por lo que destile el jefe en la misma, os
ayudará para decir un si o un no a la oferta. Algo parecido os recomendaría hicierais
con los que van a ser vuestros compañeros de trabajo. La identificación de cómo
pueda ser el clima que se respira es decisivo para un desempeño en un entorno
no crispado.
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