Realmente
no. Hay muchos trabajos, en concreto todos aquellos que consiste en poner algún
proceso o procedimiento en marcha, en los que el concurso de un equipo,
diferentes personas colaborando puede ser muy útil y necesario. Pero hay otros
trabajos, en especial el de pensar, el de imaginar y crear en la que el
concurso de un equipo puede hacer poco, es más puede contribuir de forma
negativa, no consiguiendo un aporte realmente original.
La
imaginación precede a la creatividad y esta a la innovación. En el trabajo de
generación de imaginación y creatividad un equipo tiene realmente poco que
decir, si lo tiene en su aplicación práctica que es la innovación. Pero el
trabajo de imaginar algo nuevo diferente, una solución realmente nueva a un
problema y su toma de forma y cuerpo mediante una posible solución (la
creatividad) tiene todo que ver con el trabajo individual, en solitario de la
persona. Ahí el equipo tiene poco que decir. Una vez se tiene una o varias
posibles soluciones a un problema podemos acudir al equipo a fin de su
validación y crítica. Pero sería poco práctico y operativo acudir a un equipo,
pongamos de 7 personas y someterles la pregunta ¿bueno a ver que se nos ocurre
ante este problema? Lo más habitual es que no llegásemos a ninguna conclusión.
En cuanto alguien lanzase una idea, es muy posible que el resto se aferrase a
esa idea, bien dándole formas diferentes o bien criticándola. Muy posiblemente
no consiguiéramos del equipo la generación de ninguna otra idea. El colectivo
no está realmente preparado para generar ideas de la nada, está preparado para
darles formas y cuestionarlas. El trabajo de generar ideas de la nada
corresponde a la persona individual en su más entera soledad. Es la persona
individual la que puede tener varias ocurrencias ante un problema complejo y es
la propia persona individual la que puede observar posibles soluciones en su
cabeza. Este trabajo es personal e intransferible.
Una
persona, de forma individual, ante la necesidad de poner en marcha su
imaginación y su proceso creativo deberá proceder de la siguiente forma:
- Describir el problema al que se enfrenta con el mayor detalle posible. No basta con una descripción genérica del problema. Hay que profundizar en su descripción y en sus posibles conexiones con otro problema
- En su cabeza irá generando posibles ideas. Por muy absurdas que parezcan es bueno apuntarlas, hacer una lista de las ideas y su posible aplicación. Posteriormente se analizarán, valoraran y la propia persona rechazará algunas y aceptará otras
- Es también necesario que vea, visualice el modo en que la solución o soluciones toma cuerpo en una aplicación práctica. Al igual que antes hará una lista con ellas para luego diseccionarlas y aceptar algunas o rechazar otra
- Diríamos que hasta aquí es el proceso creativo. Si bien lo que puede hacer la persona es someter al final a un equipo, a su juicio, el conjunto de ideas que él ha aceptado y las posibles soluciones que ha visto. Esto le será muy útil pues le obligara a batirse en profundidad en la defensa de sus ideas y tal vez alguna ocurrencia de algún miembro del equipo sea positiva, pero siempre teniendo en cuenta que es el sujeto, la persona que ha desarrollado el proceso de imaginación y creatividad la que debe tener la última palabra en la toma de decisiones sobre con cual idea de las generadas se queda al final para pasar al proceso de innovación.
Por la tanto
no olvidemos que el trabajo individual, en solitario, es muy necesario en la
fase inicial del proceso de creatividad, precisamente en aquel en el que se
deben generar ideas de posible aplicación práctica a la solución de un
problema. En este tipo de actividad es donde el trabajo individual tiene su
máxima expresión y el trabajo en equipo tiene poco que decir